El otro día conversaba con una de mis mejores amigas sobre como nuestra vida había cambiado tanto en los últimos 3 años. Circunstancias distintas nos habían llevado a dar un giro de 180 grados.
Divorcios, enfermedad, estrés, agotamiento, lo que nos había sucedido se resumía en una sola palabra: TRAUMA. Nuestro cuerpo había sostenido demasiado por muchos años, y pedía a gritos ser escuchado.
Ambas siempre fuimos muy trabajadoras, cada una en lo suyo ponía por delante el trabajo antes que cualquier cosa. Ella artista, yo publicista, sin tiempo para nada más que para seguir trabajando, porque el éxito lo mediamos de acuerdo a eso. A cuánto estábamos haciendo, a cuánto estabamos logrando y cuánto estabamos ganando.
Queríamos tenerlo todo, y no nos dimos cuenta el precio que estabamos pagando.
La endometrosis llegó para hacerle notar que su salud necesitaba ser atendida. El estrés y la ansiedad me vino a buscar para hacerme notar que mi salud también debía ser atendida. Cómo lo dice Gabor Mate, “La enfermedad es la forma en que el cuerpo nos dice que algo no está bien en nuestra vida”.
Y eso nos embarcó a cada una en un proceso de profunda sanación. Lo primero que tuvimos que hacer fue una PAUSA. Pausa, para encontrar qué era lo que no nos estaba haciendo bien, necesitábamos parar. Mirar las cosas desde otra perspectiva.
Aunque nuestros caminos de auto conocimiento han sido distintos, ambas llegamos al mismo lugar. Para sanar, necesitabamos sentirlo todo, ir hacia atrás y hacia adentro.
Dejar ir creencias, conectar con nuestra niña interior, despertar nuestro lado femenino, entre otras cosas que aún estamos descubriendo. Es un camino largo, no es fácil permitirse sentir el dolor, hay subidas y bajadas, hay más pausas, más lágrimas, más risas…pero estamos juntas en esto.
Quizás cuando nos conocimos fueron nuestras heridas de infancia las que hicieron que conectáramos tan bien, hoy 26 años más tarde esas mismas heridas nos vuelven a conectar. La diferencia es que hoy, más maduras, más conscientes, estamos listas para trabajar en ellas y así, empezar de nuevo.