En mi vida todo ha sido muy rápido, incluso mi nacimiento, mi mamá entre bromas siempre decía que yo salí como un pedo. Desde el mes 7 de embarazo ya quería salir. ¿Cuál habrá sido el apuro? La Steph de ese momento se sorprendería de saber que años más tarde no tendríamos idea de qué hacemos aquí.

Durante muchos años siento que viví en un mundo paralelo, un mundo imaginario. De los primeros años de mi vida no me acuerdo mucho, siempre me juzgue por no hacerlo, ahora entiendo que fue la forma en la que mi sistema nervioso se protegía, pero de eso hablaremos más adelante. Ya no intento recordarlo, acepto que por alguna razón lo hice, lo suelto y respiro.

De lo que me acuerdo es que vivía mucho en mi cabeza, creando situaciones, mundos, juegos. Escapando, soñando. ¿Esto será todo o habrá algo más esperando por mí? Preguntas que siempre me repetía, adelantándome al futuro, huyendo del presente. Siempre inconforme, siempre insatisfecha.

Queriendo ir cada vez más rápido, como esas ganas de salir de la panza de mi mamá, así de rápido, como un pedo. Estudiar, trabajar, casarme…rápido. ¿Porque eso es lo que hay que hacer no? Ese es el cuento que me contaron y el cuento que yo me conté.

Pero mientras vivía rápido y en automático, mi cabeza seguía preguntándose si esto era todo o si acaso había algo más esperando por mí. Fueron años de lucha con mi cabeza, mis pensamientos, de no querer ver, no querer sentir, de solo hacer. Pensando que quizás la respuesta aparecería en el camino. Pero no sucedió así.

Tuve que decirle adiós al cuento de hadas, a la relación, a la casa, a mi carrera, al trabajo, a la estabilidad…a mí misma. Porque no sabía quién era y ya no podía seguir viviendo así. Porque en ese cuento que me había contado, yo no era la protagonista y cómo podía saber que quería si yo no estaba en control de mi vida, si quería dejar de preguntarme todo, tenía que empezar a crear mi propia historia. Estaba segura de que esto no era todo, y ya era hora de descubrirlo. Así tenga que dejar morir una versión mía con la que había vivido 35 años.

 En este espacio te iré contando mi proceso de auto conocimiento, qué fue lo que hice, qué fue lo que sentí, qué herramientas usé. Compartiré mi historia contigo, porque sé que, como yo, quizás te sientas un poco perdida/o, sola/o, con miedo o hasta culpa. Y antes de juzgarte o tirar la toalla quiero que sepas que cada una de esas sensaciones o emociones que estás experimentando solo indican, que estás creciendo.

Déjame sostenerte y ayudarte a encontrar… el camino a casa.