Cuando estamos en proceso de auto conocernos, dejamos morir una versión nuestra con la que ya no vibramos más. Y al morir esa versión, muchas veces muere también lo que formaba parte de ella.

Mueren relaciones de amor, de amistad, de familia. Mueren viejos hábitos, costumbres y creencias. Muere lo que creíamos que éramos y lo que creíamos que queríamos ser.

Y aunque en el fondo sabes que estás siguiendo tu intuición por primera vez, y que te estás limpiando de lo que ya no quieres, eso no quiere decir que no duela.

Conocerte más, duele. Duele entrar a lo más profundo, a descubrir porque eres como eres, porque hay un vacío dentro tuyo que nunca pudiste entender.

Sentir, duele. Pero de eso se trata, de sentir. Sentirlo todo. Dejar de tener miedo y cerrar los ojos, dejar de tapar el dolor con el primer distractor que llegue a ti. Si no te gusta incomodarte, prepárate para sentirte más incómodo que nunca. Porque lo que verás no siempre será lindo, no será color de rosa. Será tu parte más oscura, eso que te da vergüenza, eso que te da pena y culpa, eso que estuviste tapando, resistiendo, por seguir un libreto que no era tuyo.

Te alejarás de tus amigos, de tu familia, te sentirás solo; sin embargo, por primera vez sentirás. Te sentirás a ti, te podrás ver, te podrás conocer. ¿Quién eres sin todo ese ruido de afuera? ¿Quién eres antes de que te dijeran quién tenías que ser?

Es ahí donde empezarás a construir tu propia historia, lejos del ruido podrás escucharte, podrás sentir, podrás entender por qué te sentías tan vacío, por qué había tanto dolor, tanta ira, tanta angustia.

Volverás a ti y te perderás una y otra vez, porque no esperes que sea fácil. Será un camino de subidas y bajadas, pero esta vez no verás las bajadas como derrotas, las verás con otros ojos, con ojos de aprendizaje y de estar un pasito más cerca a saber quién realmente quieres ser.

Por mucho tiempo yo me sentí perdida, sentía que había una parte de mi que estaba muy lejos, andaba en búsqueda constante, mirando siempre afuera. Y esa fue mi primera lección en este viaje de conocimiento, para encontrar las respuestas no tenía que mirar muy lejos, sino más bien más profundo. Adentro mío encontraría todo lo que siempre busqué, pero nunca me atreví a mirar.