Nunca estuve sola tanto tiempo, me refiero a sin pareja. Suelo ser de relaciones largas, o solía serlo, nunca lo vi como algo malo hasta que me puse a pensar que me llevaba a estar tanto tiempo con la persona. Si el amor o el miedo a estar sola.

Apego ansioso le llaman ahora, y pues cuando vi de que se trataba me describía muy bien. Bendita herida del abandono el que lo acompaña. Y ojo, yo tuve a mis padres siempre conmigo, sin embargo, eso no tiene nada que ver cuando en el algún momento de tu vida te sentiste profundamente solo.

Trabajar en ella cuesta, y duele. Porque inconscientemente te metes en situaciones en las que tus heridas se van a ver retadas. El mismo patrón una y otra vez, seguimos repitiéndolos hasta que por fin hacemos caso, y por fin, dejamos de tropezar con la misma piedra.

Elevar la autoestima es clave, amor propio, sentirse segura con quién eres, permitirse ser vulnerable, no tienes que ser tan duro/a. Es aquí donde te das cuenta de que hay un/a niña/o adentro tuyo que has ignorado. Hasta vergüenza de mirar atrás hay, pero toca hacer el trabajo. Toca re paternarte, ser esa madre o padre que no pudo darte lo que necesitabas. Quién va a saber más lo que te faltó que tu misma/o.

Y esto fue lo siguiente que hice para conocerme, conectar con esa personita que llevaba dentro. Aquella que se molesta, que grita, que llora cada vez que algo la detona. La que no tiene inteligencia emocional, porque nadie le enseño como lidiar con sus emociones, la que no quiere que abandones.  Como adulta, toca ahora escucharla y darle soporte. Solo necesita seguridad y que le hablen bonito. Una carta, unas palabras y una oración: de hoy en adelante yo estaré contigo, ya no estarás sola.

No es fácil volver atrás, yo te confieso que boté mis agendas y diarios de niña porque hasta vergüenza me daba leerlos, no podía evitar pensar “que sonsa eras”, y sin darme cuenta escondí a mi niña un poquito más. Darle su lugar, reivindicarte con ella o él es un gran paso de auto conocimiento y sanación por el que te recomendaré siempre empezar.

Y cuando lo hagas te darás cuenta que la soledad no tiene nada de insoportable. Porque nunca estarás sola si es que estás contigo y si te soportas, pues entonces será una soportable y deliciosa soledad que llevarás contigo para siempre.

Te dejo un ejercicio: vuelve a ese momento de niñez o adolescencia donde te sentiste solo o te sentiste incomprendido, abandonado/a. Cierra los ojos imagina el lugar, los objetos, imagínate a ti a esa edad, y acompáñate, ponte a ti en ese lugar y habla contigo. Que te hubiera gustado escuchar o sentir cuando eras pequeña/o?

Tags: